El 27 de Marzo, tuve mi primera experiencia en CAS, lo que se nos había dicho hasta ese momento era solamente teoría, sería la primera vez que conoceríamos a los niños. El proyecto que se me asignó a comienzos de año fue el de Cuna, donde atenderíamos a un grupo de niños y bebés entre 1 y 3 años.
Ese día, recuerdo que estaba ilusionado con la idea de ayudar en el desarrollo a estos chicos, que formarían parte de la futura sociedad.
Mientras subíamos a los buses, con mi grupo, pensaba en todo lo que estaba a punto de vivir ese día, y realmente no me decepcionó. La cuna queda cerca al colegio, en La Molina. Es una casa de paredes amarillas y muy acogedora, aunque personalmente estaba pensando en un edificio o un lugar más grande, sentí que era un lugar ideal para instruir y cuidar a los niños. El ambiente en sí es grande, y dispone de todas las facilidades que se pueden requerir con estos pequeños.
El primer día fue una labor de reconocimiento, vimos el lugar y a los chicos con lo que íbamos a trabajar. Es más, tuvimos la oportunidad de trabajar con los más pequeños.
Ese día me encariñe bastante con el trabajo en sí y me puse como meta tratar de hacer que los niños sean felices y que aprendan del cariño que les damos para que luego puedan dar cariño a los demás.
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